Partes internas de un libro
Las partes internas del libro comprenden el conjunto de las páginas del libro, derivadas del corte, a lo cual profesionalmente se conoce como tripa. Se distinguen tres partes bien diferenciadas: principios del libro, cuerpo del libro y finales del libro.
► PRINCIPIOS DEL LIBRO: Los principios del libro
comprenden desde la primera página hasta el comienzo del capítulo primero o lugar equivalente en que empieza el desarrollo formal del tema
o argumento de la obra.
• Páginas de cortesía o de respeto: Son dos o, menos comúnmente, cuatro páginas que se dejan en blanco al principio de los libros cuya presentación se desea distinguir de esta manera, y son tanto más frecuentes cuanto más cuidada o lujosa es la edición. Se tienen en cuenta para la foliación (puesto que pertenecen a un pliego), pero no llevan nada impreso (ni siquiera el número del folio, por supuesto).
• Portadilla, anteportada, anteportada, carátula o falsa portada: Primera página impresa del libro (por consiguiente, impar), en la que sólo se hace constar el título de la obra, sin subtítulo aunque esta lo lleve. Algunos libros, generalmente de escasa importancia, no llevan portadilla (y, consiguientemente, tampoco páginas de cortesía). • Contraportada: Página par, generalmente en blanco, posterior a la portadilla, a veces llamada también frenteportada.
• Portada o fachada: Página impar siguiente a la contraportada, la más importante del libro, en la que se hacen constar, de forma destacada y como datos imprescindibles, el nombre del autor, el título de la obra (y el subtítulo, sí lo lleva) y el pie editorial.
• Página de derechos, de propiedad o de créditos: Reverso de la portada, donde se hacen constar el nombre del poseedor del derecho de autor y el año, el pie editorial (lugar, nombre y fecha), el depósito legal, el número de ISBN, la frase «Printed in Spain Impreso en España», que identifica el país donde se ha impreso la obra (en los países extranjeros también se colocan frases semejantes: «Printed in Japan», Printed in Germany», etc.) y el pie de imprenta (firma, lugar y fecha).
• Dedicatoria: Texto, generalmente breve, con que el autor ofrece la obra a una persona o entidad.
• Lema o tema: Sentencia, cita, verso, etc., que sirve de base a un libro y que preside la obra.
• Textos de presentación de la obra: En los principios del libro se sitúan ciertos textos cuya función es presentar al lector la obra, colocarle ante ella y también ante el propio autor y explicarle en qué consiste la primera, cuál es su enfoque, contenido, propósito y alcance, y quién es el segundo, qué ha hecho en el mundo de la materia de que trata la obra y cómo ha realizado su trabajo.
• Listas de términos: En ciertas obras, en especial las de consulta y las técnicas o científicas, entre los textos de presentación que hemos visto en el apartado anterior y el cuerpo del libro se inscriben ciertas listas que sirven para el adecuado manejo de la obra; por ejemplo, una lista de abreviaturas si es precisa (en un diccionario, pongamos por caso), o una lista de cuadros si la obra los lleva; en estas obras, contrariamente a las de narrativa (novela y cuento), inmediatamente antes del cuerpo del libro se coloca el índice (también llamado contenido, índice de contenido, índice general, índice sumario, sumario, tabla de contenido o tabla de materias), lista ordenada de los títulos de las partes, capítulos, títulos y subtítulos en que la obra se ha dividido, con su página correspondiente, para guía del lector.
► CUERPO DEL LIBRO:
El cuerpo del libro comprende el espacio utilizado por el autor para exponer el desarrollo de su obra, es decir, desde el capítulo primero, o parte semejante (puede ser, por ejemplo, una introducción, hasta el final de la obra (no del libro), que puede ir seguida, o no, de los finales del libro.
• Organización interna de la obra: dependiendo del tipo de obra, el autor suele organizar su texto con objeto de tratar y presentar la materia según un orden que haga más fácil su exposición y comprensión. Antiguamente era frecuente dividir el texto en tomos (hoy muy raro), y actualmente suelen dividirse en libros (poco frecuente), partes, secciones y subsecciones. No es habitual que una obra sea tan compleja que comprenda todas estas macrodivisiones, pero, en cualquier caso, en cada una de esas partes suelen darse después subdivisiones o microdivisiones, entre las cuales, tanto si la obra es literaria como si es técnica o científica, la más importante es el capítulo (que puede llamarse lección en libros de texto), generalmente subdivididos en párrafos, apartados y subapartados (depende de la complejidad de la obra), a veces numerados. Las obras técnicas y científicas pueden terminar con un texto, llamado ultílogo (suele emplearse también posfacio del francés postface , por oposición al prefacio), que añade información de última hora o actualiza cualquier parte de la obra que lo necesite.
Cuando la obra se divide en partes es común que estas vengan introducidas por una portadilla interna o portada divisoria, que consiste en una hoja cuya primera cara (la impar) lleva el título de esa parte, y la posterior en blanco. Estas portadillas son propias también de otras partes del libro (además de las partes propiamente dichas), como pueden ser el prólogo, el índice, los anexos, etc., y a veces se utilizan como elemento acomodaticio para resolver un problema de compaginación (por ejemplo, para hacer que las páginas del libro coincidan con las de un número de páginas de un pliego entero). La utilización de las portadillas internas puede quedar al arbitrio del compaginador, para resolver problemas puntuales de compaginación en el sentido apuntado antes, pero quien debe establecer si la obra lleva o no portadillas internas es el preparador del original, quien debe tener en cuenta estas normas:
a) el índice puede llevar portadilla aunque no la lleven las partes, pero si estas la llevan, debe llevarla también el índice.
b) el prólogo no debería llevar portadilla si no la llevan las partes, pero pueden llevarla estas y no el prólogo. A veces, algunos libros llevan, inmediatamente antes del cuerpo del libro, una portadilla divisoria que simplemente repite el título del libro.
► FINALES DEL LIBRO:
Esta parte sólo aparece en los libros de consulta y, sobre todo, en los
técnicos y científicos, pues, en general, son impropios de los libros
de narrativa y de poesía.
• Apéndice o suplemento: texto que el autor une o agrega al final de su obra, como continuación o prolongación de ella. No debe confundirse con el anexo.
• Anexo: conjunto de documentos, estadísticas, gráficos, cuadros, ilustraciones o textos estrechamente relacionados con el tema de que trata la obra, que se añaden al final y de los cuales no suele ser autor el de la obra, en que se insertan.
• Índices: listas de voces, términos, frases o sintagmas, dispuestos en distintos órdenes, que sirven para dar cuenta del contenido de una obra. El índice de contenido, que el lector esperaría ver definido y tratado en este lugar, sólo forma parte de los finales del libro cuando se trata de una novela (en los demás casos debe colocarse en los principios del libro. El índice de materias, que contiene los términos que reflejan o resumen el tema tratado en la obra, así como el índice de nombres (que puede ser antroponímico o toponómico) se disponen en orden alfabético. El de fechas (cronología), ordenado por fechas (generalmente solo los años).
• Glosario o vocabulario: algunas obras llevan al final un catálogo de voces desusadas, técnicas, científicas, oscuras o dialectales para ayudar a la comprensión del texto.
• Bibliografía. Las obras técnicas y científicas, así como algunas de las de referencia, llevan al final la lista de las obras consultadas por el autor, o de aquellas que tratan de la misma materia de su trabajo.
• Fe de erratas: no es habitual que los libros contengan su fe de erratas, por más que esta siempre suponga un servicio al lector, especialmente en las obras científicas o técnicas. Algunos, sin embargo, adjuntan la lista de las erratas halladas en el texto. Si se detectan antes de imprimir el último pliego, pueden situarse al final de este; si no, se imprimen en folio aparte y se insertan en el libro, en la posición en que más fácilmente lo halle el lector.
Ver partes externas del libro: http://3tresyeah.blogspot.com.es/2015/09/partes-externas-del-libro.html• Colofón: aunque cada vez es menos habitual, algunos autores o editores no renuncian a colocar, al final de la obra, una breve anotación en que generalmente se registra la fecha, lugar, empresa y, a veces, festividad del día en que se imprimió, a imitación de los libros antiguos.